martes, 17 de diciembre de 2013

PEDRO BADANELLI, EL CURA PERONISTA

 © JOSÉ CARLOS GARCÍA RODRÍGUEZ 


Un joven Pedro Badanelli durante su etapa
de seminarista en Granada.
(Archivo José Carlos García Rodríguez)






El desencuentro entre el Episcopado argentino y el peronismo alcanzó su punto culminante cuando Juan Domingo Perón se aventuró en el intento de subordinar la Iglesia Católica al régimen político entonces entronizado en Argentina. Esta pretensión de supeditar  la Iglesia al poder justicialista actuaría como un efecto detonante que precipitó la llamada Revolución Libertadora que acaba con el régimen de Perón en septiembre de 1955.

     Uno de los impulsores fundamentales de la tesis de reinterpretar el cristianismo en clave justicialista, o peronista, fue el presbítero sanluqueño Pedro Badanelli (1899-1985), quien decide establecerse de forma definitiva en Argentina a raíz de un viaje que realiza al continente americano en 1930. Tras ejercer el ministerio sacerdotal bajo la prelatura del cardenal Nicolás Fasolino en la norteña provincia de Santa Fe, Badanelli creyó encontrar en Juan Domingo Perón a un fiel continuador de Jesucristo y, en su doctrina justicialista, la mejor interpretación de la doctrina del Evangelio. El presbítero  quien, por encima de su propia investidura toma partido por el peronismo antes que por la Iglesia, se ofrece a Perón como el necesario socio clerical para lograr instituir la iglesia nacional pretendida por el líder justicialista, erigiéndose prácticamente en el único miembro del clero argentino que se prestó con gusto al juego peronista.

Dolores Gómez Ruiz, madre de Pedro
Badanelli.
(Archivo José Carlos García Rodríguez)
   

Los padres de Badanelli: Dolores
Gómez y el notario José Luis
Ruiz Badanelli.
(Archivo José Carlos García Rodríguez)










Badanelli en su casa de Sanlúcar hacia 1918.
(Archivo José Carlos García Rodríguez)


   A pesar del triunfo de la Revolución Libertadora que da al traste con el atrabiliario y descomedido proyecto neogalicanista de Perón, Pedro Badanelli, aunque perseguido por las nuevas autoridades argentinas, no abandonará su idea de liderar una iglesia de carácter nacional e independiente de Roma. La vuelta de Perón a Argentina, casi veinte años más tarde, propiciará que el presbítero de Sanlúcar de Barrameda, de la mano del todopoderoso José López Rega El Brujo, haga realidad su acariciado sueño cuando es investido como obispo justicialista de la disidente Iglesia Católica Apostólica Argentina No Romana en la que permanecerá como autoridad máxima hasta su fallecimiento en la localidad bonaerense de San Fernando el 1 de mayo de 1985. 

  


 

















Badanelli en la comuna de Suardi en 1932. A la izquierda, con su secretario Manuel Ramos. A la derecha, jugando con sus mascotas. (Archivo particular de José Carlos García Rodríguez)

       Dotado de un indudable talento y poseedor de una vasta cultura, Pedro Badanelli fue teólogo, psicólogo, profesor universitario, jurista notable y destacado literato. Muy bien relacionado con los más importantes escritores españoles que vivieron en el Madrid de los años anteriores a la proclamación de la II República, Badanelli llega a intimar con Jacinto Benavente, con quien mantendría una relación epistolar prolongada hasta la muerte del Nobel madrileño. El personal conocimiento que el presbítero andaluz tuvo de Miguel de Unamuno posibilita que interprete y comente todo el pensamiento unamuniano susceptible de ser interpretado y comentado, en las impagables y ocurrentes glosas que hace de las cartas que el rector de Salamanca envía al ensayista urano y diplomático uruguayo Alberto Nin Frías a quien Badanelli  acogería en sus últimos días durante la etapa en que ejerce de párroco en la comuna santafesina de Suardi.  


Badanelli, en Suardi, durante la inauguración de la sucursal
local del Banco de la Nación Argentina (1938). El establecimiento
de esta entidad financiera en Suardi se debió a las gestiones
personales realizadas por el sacerdote sanluqueño.
(Archivo José Carlos García Rodríguez) 


Badanelli con los miembros de la Comisión de la Iglesia de
Suardi (1934)
(Archivo José Carlos García Rodríguez)

     Escritor con no desdeñable gracia y punzante ironía, factores muy naturales en un andaluz a carta cabal, Pedro Badanelli se mostró implacable con quien osara enfrentáresele, siendo especialmente duro con el Episcopado argentino al que, acusándole de la caída de Perón, ataca con la garra despiadada de su agudo intelecto en su libro Perón, la Iglesia y un cura. Poeta obsesionado con la noche, el mar y los efebos, Badanelli intenta disfrazar su resentimiento aplicando en sus poemas pequeñas dosis de ternura, mostrándonos su mayor sinceridad cuando se refiere a su tierra andaluza y a su añorada Sanlúcar de Barrameda a la que nunca olvidó. Como novelista, recibió las influencias de los decadentistas españoles, como Álvaro Retana, Joaquín Belda y Antonio Hoyos y Vinent, dando a la luz  una obra como Serenata del amor triunfante, una historia amorosa con fondo de exaltación homosexual que provocará todo un escándalo entre sus paisanos andaluces y en su familia y que, posiblemente, sería la principal causa que determinó su firme decisión de abandonar España.



Badanelli delante de los pasos de la Semana Santa, a estilo andaluz, que
instituyó en la comuna de Suardi.
(Archivo particular de José Carlos García Rodríguez)

  


Badanelli y Perón en la Casa de Gobierno
de Buenos Aires en la primavera de 1955.
(Archivo General de la Nación - Buenos
Aires)












A la izquierda, el niño Pedro Badanelli Marcano, hijo del doctor José Luis Ruiz Badanelli, hermano del presbítero, con una lata
de dulce de leche que el sacerdote elaboraba en la pequeña fábrica de Suardi que vemos a la derecha.
(Archivo particular de José Carlos García Rodríguez)




La "escandalosa" novela Serenata del amor
triunfante
cuya publicación (Espasa, 1929) originó
una auténtica convulsión que haría decidir a Badanelli
su salida de España.
      
     Autor de estudios literarios y de tratados teológicos y psicológicos, Pedro Badanelli mostró durante toda su vida una insobornable rebeldía, tomando partido por causas que consideraba justas y que defendió con la firmeza de quien nunca habría de comulgar con ruedas de molino, llevándolo, incluso, a enfrentarse abiertamente a sus superiores eclesiásticos y a rebelarse contra las definiciones del Concilio Vaticano II al que enjuició con dureza en su Carta abierta a Paulo VI.



BIBLIOGRAFÍA:
GARCÍA RODRÍGUEZ, José Carlos: Pedro Badanelli, la sotana española de Perón, Editorial Akrón, León, 2008.
GARCÍA RODRÍGUEZ, José Carlos: Pedro Badanelli, el presbítero de Perón, Rd Editores, Sevilla, 2014.