lunes, 30 de junio de 2014

LAS LITOGRAFÍAS SANLUQUEÑAS DE FRANCISCO JAVIER PARCERISA

© JOSÉ CARLOS GARCÍA RODRÍGUEZ 







Retrato de Francisco Xavier Parcerisa, de J. Laurent.jpg
F. J. Parcerisa i Boada (fotografía de J. Laurent)











     Francisco Javier Parcerisa y Boada, nacido en Barcelona en 1803, fue un dibujante, pintor y litógrafo de formación autodidacta que logró compendiar en su obra Recuerdos y Bellezas de España los más importantes monumentos del país. Esta obra, comenzada en 1838 y concluida en 1872, comprende once volúmenes dedicados cada uno de ellos a una determinada región o zona geográfica española.


Recuerdos y bellezas de España : bajo la Real protección de S.S.M.M. la Reina y el Rey : obra destinada à dar à conocer sus monumentos y antigüedades | Madrazo, Pedro de
Portada del volumen dedicado a Sevilla y
Cádiz
     El primer volumen,  Cataluña, apareció en 1839. Los siguientes libros están dedicados a Mallorca, Aragón, Castilla La Nueva, Asturias y León, Córdoba, Sevilla y Cádiz y Salamanca, Ávila y Segovia. El trabajo se publicó  en fascículos que eran editados quincenalmente y se enviaban a sus numerosos suscriptores. A su conclusión, la obra comprendía 588 magníficas litografías, siendo acreedora a un premio de la Real Academia de San Fernando.


     A Francisco Javier Parcerisa se le deben los dibujos al natural y sus reproducciones litográficas en Bellezas y Recuerdos de España. Los comentarios que describen los monumentos se deben a  Francisco Pi i Margall, Pau Piferrer, Pedro de Madrazo y José María Quadrado.

     Parcerisa murió el 27 de marzo de 1875 en Barcelona.














Palacio Ducal y Castillo de Sanlúcar (F. J. Parcerisa)

El volumen dedicado a Sevilla y Cádiz tiene el siguiente título: Recuerdos y bellezas de España : bajo la Real protección de S.S.M.M. la Reina y el Rey : obra destinada à dar à conocer sus monumentos y antigüedades / en laminas dibujadas del natural por F.J. Parcerisa ; escrita y documentada por P. de Madrazo. Sevilla y Cádiz. El texto, como se indica, fue escrito por Pedro de Madrazo, siendo el libro editado en Madrid por la imprenta de Cipriano López en 1856.
     El libro Sevilla y Cádiz consta de 615 páginas y 65 láminas litografiadas de Francisco Javier Parcerisa con los monumentos más destacados de ambas provincias. En las páginas 592 a 599 Pedro de Madrazo ofrece algunas pinceladas históricas de Sanlúcar y describe sus más importantes monumentos. Las litografías sanluqueñas son dos: una dedicada a la portada gótico-mudéjar de la Iglesia de la O y otra con una vista de la Cuesta de Belén donde se aprecian el Castillo de Santiago y el Palacio de los Duques de Medina Sidonia.









lunes, 19 de mayo de 2014

MEMORIA GRÁFICA DEL MUELLE OLASO Y LA "COMPAÑÍA DE VAPORES SEVILLA-SANLÚCAR-MAR"


Playa de Sanlúcar de Barrameda
Restos del muelle de Olaso poco antes de su demolición definitiva. (Fotografía cedida por Turespaña)




© JOSÉ CARLOS GARCÍA RODRÍGUEZ 




En 2001 se iniciaba el derribo de una de las construcciones que mejor llegaron a evocar el más brillante pasado veraniego de Sanlúcar: el muelle de Olaso, cuyos últimos restos desaparecieron en 2005. El referido muelle, situado en Bajo de Guía, fue el punto  de destino y salida de los viajeros que realizaban la navegación fluvial entre Sevilla y Sanlúcar y viceversa. Este servicio de transporte de pasajeros y mercancías por el Guadalquivir -la línea "Sevilla-Sanlúcar-Mar"- fue debido al empeño de Luis de Olaso y Madaria, marqués de Olaso, quien concibió la estructura de su compañía naviera instalando sendos puertos propios para atraque de sus buques y atención a sus pasajeros en Triana (Sevilla) y Sanlúcar de Barrameda.






El primitivo muelle de madera de Bajo
de Guía,  construido en 1908, que
antecedió al muelle de  Olaso.
Fotografía tomada por J. Turina en 1914.





cianavierasevillasanlucarmar           
  


Bandera y colores de las chimeneas de los vapores de la compañía Sevilla-Sanlúcar-Mar.
















  El muelle de Sanlúcar, construido en hormigón bajo la dirección facultativa del ingeniero Francisco Martín Gil, autor del proyecto, medía 86 metros de largo por dos de ancho. En su parte norte dedicada a los atraques la estructura portuaria conformaba una especie de figura de martillo de 36 metros de ancho por 72 de largo. La plataforma de la que partía el muelle y que servía de rompeolas medía 22 metros de ancho por 72 de largo. Esta plataforma estaba unida a la funcional estación marítima de viajeros que ocupaba el lugar donde hoy se encuentra ubicado el Centro de Recepción de Visitantes "Fábrica de Hielo".




     Las obras de construcción del muelle de Olaso fueron iniciadas en 1911 y se prolongaron hasta 1922. Por cierto, no fueron muy diligentes las autoridades de la época para dar conformidad al proyecto del muelle sanluqueño y de constitución de la compañía naviera cuya aprobación había sido solicitada al Ministerio de Fomento el 28 de enero de 1922. Hasta el mes de agosto de dos años más tarde hubo de esperarse para recibir las autorizaciones pertinentes, aunque la línea de  vapores quedaría inaugurada en el verano de 1922, utilizándose provisionalmente como muelle las instalaciones portuarias  de Bonanza.




Vapor SAN TELMO en Sevilla. Fecha indeterminada. Del blog Sabor Añejo.jpg
El vapor "San Telmo" en su muelle de Triana (Sevilla)


     El primer barco que se integró en la flota del marqués de Olaso  fue el vapor a paletas "San Telmo", construido en 1876 y que había servido en Inglaterra con diferentes nombres para varias compañías, incluso como buque militar. Fue adquirido por Luis de Olaso y Madaria en 1921 para su uso como yate personal. Bautizado con el nombre de "San Telmo" fue enviado al año siguiente a Sevilla para ser buque insignia de la Compañía de Vapores Sevilla-Sanlúcar-Mar. A este primer barco se unirían los vapores "Triana" "Bajo de Guía"  y "Sanlúcar", todos ellos con chimeneas pintadas con los característicos colores rojo y negro. El vapor "Sanlúcar", construido expresamente para esta línea fluvial era de menor tonelaje que los otros, aunque de mayor lujo y comodidad, contando con salas de lectura y baile y restaurante. La contraseña de la compañía era un bandera rectangular de color azul marino, con una cruz de malta en rojo.

    
Edificio "El Faro", junto al puente de Triana, en Sevilla, donde se
expendían los billetes para los vapores que iban a Sanlúcar. (Imagen actual)

     El billete de Sevilla a Sanlúcar en primera clase costaba nueve pesetas y cuatro pesetas el pasaje en segunda clase. El recorrido se hacía en cuatro horas y media, teniendo lugar las salidas y llegadas entre las nueve de la mañana y las nueve y media de la noche. Los barcos desplazaban unas 150 toneladas y contaban con todas las atenciones que un cliente pudiese demandar en aquellos años. Incluso disponían de calefacción, ya que la línea Sevilla-Sanlúcar-Mar funcionaba todo el año aunque, lógicamente, la frecuencia de salida de los vapores era mucho menor en primavera, otoño e invierno que en verano.



Vapor Sevilla-Sanlúcar
Llegada del "San Telmo" al muelle Olaso de Bajo de Guía. (Postal de la época) 








Vapor San Telmo en muelle de Olaso,en 1900, Bajo de Guía,Sanlucar de Barrameda
Otra postal de época con el arribo del "San Telmo" a Sanlúcar.


     La llegada del "San Telmo" a su muelle de Sanlúcar era un espectáculo que congregaba a un gran número de curiosos y a una flota de automóviles y carruajes de alquiler que ofrecían sus servicios para el desplazamiento de los veraneantes desembarcados.



El muelle de Olaso, al fondo, excepcional tribuna popular durante las
carreras de caballos de otros tiempos.






     En el mes de noviembre de 1932 la Compañía de Vapores Sevilla-Sanlúcar-Mar suspende sus  servicios fluviales, pasando la empresa a manos de la sociedad Isla del Guadalquivir. A partir de entonces el "San Telmo" fue retirado para convertirse en un pequeño hotel flotante hasta ser desguazado en 1935. Unos años después el transporte regular de viajeros por el Guadalquivir cesa de forma definitiva.



Aglomeración de público en el muelle de Olaso con motivo de unas carreras de motos en la playa (1932). Las cúpulas que se observan a la derecha de la imagen corresponden a la estación marítima de la Compañía de Vapores Sevilla-Sanlúcar-Mar donde los viajeros adquirían los billetes y esperaban su embarque para viajar con destino a Sevilla.
    
     Con su falta de uso y de mantenimiento comenzó el deterioro del muelle de Olaso que culminaría en su total ruina al finalizar el pasado siglo. Es entonces cuando el Ayuntamiento de Sanlúcar decide su demolición, terminando de esta forma tan lamentable con uno de los vestigios que seguían testificando con su presencia de una de las más brillantes etapas del veraneo sanluqueño, cuando la ciudad recibía visitantes por dos estaciones de tren, una estación marítima y dos líneas de autobuses.







viernes, 16 de mayo de 2014

MEMORIA GRÁFICA Y MUSICAL DE "LOS HH"



© JOSÉ CARLOS GARCÍA RODRÍGUEZ 



     Jaime, Carlos (+ 2008) y Fermín Hermoso Asquerino, "Los HH", ocupan, por derecho propio, un lugar preeminente dentro de la etapa más brillante de la historia de la música pop española. Con su personalidad, su estilo y la frescura de sus voces melódicas, el trío sanluqueño -caso inédito en un panorama musical que en la década de los 60 estaba dominado  por conjuntos de cuatro y cinco componentes y por algunos dúos-, ha logrado seguir manteniendo con sus canciones el vivo recuerdo de un tiempo en que los amaneceres de mayo parecían más espléndidos y radiantes.


 Posiblemente sea a Fermín -ahora "Fermín Hache", para no olvidar los orígenes-, a quien debamos la permanente actualidad de "Los HH" durante los últimos años. Su actividad como presentador de televisión, las numerosas exposiciones de su pintura -una pasión que ha venido cultivando junto a la música-, sus continuas grabaciones con otros intérpretes, sus poemas, sus relatos  y sus apariciones mediáticas, han permitido que la memoria de aquel trío de muchaschos sanluqueños que surgieron para sorprender gratamente a toda España no se haya olvidado. Porque, hoy como ayer, y van más de 50 años, "Los HH" continúan manteniendo la vigencia de la música de un tiempo dorado para deleite de muchos y la agradable nostalgia de no pocos.


     La historia de "Los HH" comienza al finalizar la década de los 50. Recuerda Fermín que su padre le regaló una guitarra a su hermano Jaime, convaleciente de una enfermedad. Con aquella guitarra, los tres hermanos, aún unos niños, sueñan con un público, con discos, con actuaciones radiofónicas e, incluso, con apariciones en una televisión que parecía tan lejana para el común de los mortales por aquellos años. Carlos, Jaime y Fermín, quienes habían participado como solistas en los coros del colegio, perfeccionan con entusiasmo el acople de sus voces y empiezan a actuar cara al público en la sevillana "Real Venta de Antequera" y en programas de radio como la memorable "Cabalgata del fin de semana" de Bobby Deglané. Se presentan  bajo el nombre de "Los Sanluqueños", primero, y "Los Hermanos Heras", más tarde.


Haga clik y escuche "Mi Andalucía"


     El padre, sin oponerse de forma radical a las ambiciones juveniles de sus vástagos, les hace ver la necesidad de continuar con los estudios como mejor garantía de futuro profesional. Para entonces, la familia Hermoso Asquerino ya había abandonado su Sanlúcar natal para establecerse en Sevilla donde Carlos decide estudiar Turismo, en tanto Jaime opta por la Arquitectura y Fermín por el Peritaje Industrial.



    
     Alternando los estudios con la vocación musical, las ilusiones de aquellos jóvenes empiezan a hacerse realidad de forma vertiginosa. En 1961, ya con el definitivo nombre de "Los HH", hacen su soñado debut en TVE, un medio que se les haría familiar por sus repetidas apariciones en programas estelares como "Gran Parada", o "Galas del Sábado". Al año siguiente lanzan al mercado discográfico su primer Ep con la firma Hispavox, incluyendo en esta primera grabación los temas "Pobre Ídolo", "Que pronto me enamoré", "Tres chicos españoles" y "Escucha cowboy", una magnífica versión de la famosa canción que Tony Ronald había interpretado a dúo con Charlie y que el trío sanluqueño mantendría en sus actuaciones durante muchos años.





     Con una música basada fundamentalmente en las voces de los tres hermanos que se acompañaban con las guitarras de Jaime y Fermín, el grupo se caracterizaba en esta primera etapa por interpretar melodías famosas traducidas al español, aunque ya empezaban a intercalar temas propios en sus numerosas actuaciones por toda España. A partir del primer disco se van sucediendo  con periodicidad anual nuevas grabaciones que son recibidas con todo tipo de parabienes por la crítica más solvente: "El twist de la risa", "Sucedió en Atenas", "Bat Masterson" y "Si o no" (1963); "El ritmo de la lluvia", "El burrito organillero", "Dile a Laura que la quiero" y "Dando palmas" (1963); "Sabor a nada", "Surfside 6", "Chócala" y "Porque" (1964); "Amen", "Las cerezas", "Tanto amor" y "Ayer" (1965) y "El Santo", "Capri se acabó", Yesterday" y "Lo que es amor" (1965).


     Al fichar por la discográfica Philips en 1966 "Los HH" tienen la oportunidad de incluir en sus discos muchos temas propios cuyas letras estaban compuestas por Carlos en su mayor parte. En el primer Ep con su nueva compañía se incluye "Aquel amanecer de mayo", una preciosa melodía que alcanza un enorme éxito y que se convertirá, como un santo y seña, en un tema ineludible en las actuaciones de "Los HH" y que los tres hermanos mantuvieron siempre en su repertorio.


Haga clik y   Escuche "Aquel amanecer de mayo" por Los HH


     A esta época corresponden también la versión de "River deep mountain high" ("Río sin fin", 1966), de Tina Turner, y las magníficas interpretaciones de "Unchained melody" ("Melodía encadenada", 1967) y de "Aleluya nº 1 (1967) de Luis Eduardo Aute. Otros temas propios de estos años fueron "Nuestro pueblo", todo un sentido homenaje a su Sanlúcar natal, "Mi Andalucía" y "La flor de mi jardín".


Haga clik y Escuche "Río sin fin" por Los HH



     En la búsqueda por ampliar su campo musical el trío graba dos Lp's dedicados a la música hispanoamericana (1970 y 1971) e incluso hace alguna que otra incursión en la música clásica, llegando a adaptar "El lago de los cisnes" de Tchaikovsky y el "Aria de la suite en Re" de J. Sebastian Bach. Dedicados a sus respectivas familias que con los años se han ido ampliando, y a sus profesiones, Carlos, Jaime y Fermín inician una paulatina retirada del panorama musical español aunque, de ningún modo, dada la profunda vocación de los tres hermanos, habría de ser definitiva.


Haga click y escuche  "Yolanda"


     En 1981, Jaime y Fermín grabaron con el nombre de "Jayfer" un Lp con temas propios al que titulan "Nido de amor". En él se incluían éxitos como "Suave y fuerte", "La sinfonía" y, muy especialmente, "Lady pensativa", una canción que llevan al "Festival de la Canción del Emigrante" que se celebra en Bruselas. También por estos años es cuando Carlos Hermoso lideró junto a sus hijos y sobrinos el grupo infantil "Colorines" que haría famosa la canción "Los números". Fermín  formará más tarde un nuevo grupo al que llama "Barrameda", ahora con sus hijas Cristina y Anuca, época a la que pertenece la canción "Premeditadamente".





Haga clik y escuche "Quince años después"


     Hubieron de pasar hasta 15 años desde su retirada para que "Los HH" decidieran el retorno, aunque de forma fugaz. Y lo hacen precedidos del lanzamiento de un Lp al que titulan "Quince años después" (Coliseum, 1984) en el que se incluyen, junto a temas nuevos, algunos de sus éxitos más señalados de los primeros tiempos. Diez años más tarde, a raíz del programa de TVE "¿Qué pasó con...?", Carlos, Jaime y Fermín, con la ilusión de siempre, graban versiones de éxitos pasados, una excelente "Yolanda", de Pablo Milanés, y "¡Ay, Sanlúcar!", de nuevo un homenaje a su ciudad de la que nunca se olvidaron y que componen con la estructura de las cuatro partes de una sevillana.


Haga clik y vea el video "¡Ay, Sanlúcar!"


     Desde entonces, unos renacidos "HH", aunque ya con vitola de legendarios, no habrían de abandonar a sus seguidores con periódicas apariciones en programas de televisión o en actuaciones cara al público hasta el inesperado fallecimiento de Carlos en diciembre de 2008.


Haga clik y escuche Última grabación de "Los HH" (en estudio, octubre de 2008)


     Posiblemente sea a Fermín -ahora "Fermín Hache", para no olvidar los orígenes-, a quien debamos la permanente actualidad de "Los HH" durante los últimos años. Su actividad como presentador de televisión, las numerosas exposiciones de su pintura -una pasión que ha venido cultivando junto a la música-, sus continuas grabaciones con otros intérpretes, sus poemas, sus relatos  y sus apariciones mediáticas, han permitido que la memoria de aquel trío de muchaschos sanluqueños que surgieron para sorprender gratamente a toda España no se haya olvidado. Porque, hoy como ayer, y van más de 50 años, "Los HH" continúan manteniendo la vigencia de la música de un tiempo dorado para deleite de muchos y la agradable nostalgia de no pocos.


(Fotografías cedidas por Fermín Hermoso Asquerino)













lunes, 17 de marzo de 2014

SANLÚCAR Y EL PINTOR GONZÁLEZ SANTOS







© JOSÉ CARLOS GARCÍA RODRÍGUEZ 
Manuel González Santos
(Autorretrato, 1932)




      El pintor Manuel González Santos, junto con el compositor Joaquín Turina y el también pintor Manuel García y Rodríguez conforman un trío de ilustres artistas sevillanos coetáneos que fueron seducidos  por el poder de atracción de Sanlúcar de Barrameda a la que dedicaron mucho de lo mejor de sus obras.
      Nacido en la capital andaluza en 1875, González Santos siguió los pasos de su padre, también pintor, ingresando en la Escuela Provincial de Bellas Artes de Sevilla donde cursó sus estudios artísticos. Entre sus maestros se encontraban prestigiosos pintores como Jiménez Aranda, Eduardo Cano y Francisco Narbona.
     


Playa de La Jara
















     Dedicado a su vocación docente iniciada en su taller de pintura donde impartía enseñanzas a un grupo de alumnos,  Manuel González Santos consigue en 1916 la cátedra de Concepto del Arte e Historia de las Artes Decorativas en la Escuela de Bellas Artes de Málaga. Obtenido el traslado  a la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Sevilla, de la que sería nombrado director, González Santos desarrollaríua toda su carrera pictórica en su ciudad natal.



Casa en La Jara

       El estilo de González Santos es claramente heredero de la corriente  costumbrista imperante en la segunda mitad del siglo XIX, aunque evolucionado hacia un tipo de pintura con la que el artista  intentaba plasmar  los problemas que afectaban a las clases más humildes. Aparte de este tipo de obra social, muy en boga en los primeros años del siglo XX, Manuel González Santos destacó igualmente como un excelente retratista y como un consumado practicante de un paisajismo que le incluye como destacado pintor dentro de la que se dio en llamar "escuela de Alcalá".



Paisaje de La Jara
      

        Del casi medio millar de obras de González Santos catalogadas por su nieta y biógrafa Adela Perea González, 68 de sus cuadros corresponden a pintura costumbrista, 114 son retratos, 131 paisajes, 43 figuras y desnudos y 24 obras de tema religioso, además de diversos dibujos, cuadros de bodegones y de temas florales y los murales al temple de su casa de la calle Ángeles de Sevilla.
     Asiduo visitante de  Sanlúcar, donde pasó muchos veranos en la finca  Nuestra Señora de la Salud o en Santa Adela, en La Jara, Manuel González Santos dedicó a este paraje sanluqueño un buen número de obras. Como retratista, el pintor sevillano nos dejó en Sanlúcar  una decena de lienzos con las efigies de los fundadores de las bodegas Barbadillo y de otros miembros de esta familia que  ocuparon altos puestos directivos en la empresa: Benigno Barbadillo Ortigüela, Ramón Larraz Martínez, Antonio Barbadillo Ambrosy, Rafael Barbadillo Rodríguez, Tomás Barbadillo Rodríguez,.... Estos cuadros decoran actualmente las paredes del salón del consejo en la Casa de la Cilla. 
     De la faceta sanluqueña de Manuel González Santos no hay que olvidar su actividad como gran animador del ambiente cultural de la ciudad. Así, en el verano de 1922 organizó junto a su buen amigo Manuel Barbadillo una inolvidable exposición de pintura en la que participaron muchos de los más destacados artistas sevillanos del momento, entre ellos, Gonzalo Bilbao, Alfonso Grosso, Manuel García y Rodríguez, Francisco Hohenleiter o Juan Lafita.




      Casa en La Jara





           Fallecido en Sevilla en 1949, Manuel González Santos nos dejó una alumna aventajada, la sevillana Carmen Laffón, cuya pintura, al igual que la de su maestro, refleja su enamoramiento de la luz, el color y el paisaje de Sanlúcar. 





      Bibliografía:


      Perea González, Adela: Manuel González Santos. Diputación de Sevilla , colección Arte Hispalense (2007).

      Sánchez Núñez, Pedro: Manuel González Santos, pintor de La Jara, Revista Sanlúcar de Barrameda, nº 49, 2013, pp. 110-121


      jueves, 23 de enero de 2014

      EL PAISAJE DE SANLÚCAR EN LA PINTURA DE MANUEL GARCÍA Y RODRÍGUEZ

      © JOSÉ CARLOS GARCÍA RODRÍGUEZ



      Manuel García y Rodríguez. (Antonio Susillo, 1892)






      La inicial producción pictórica de género del pintor sevillano Manuel García y Rodríguez (1863-1925), pronto dió paso  a un paisajismo naturalista renovado que ya no habría de abandonar. Fue esta una obra basada en la corrección del dibujo, en el tratamiento de la luz y el color, en la poesía, la sensibilidad, la añoranza y la placidez. A esta temática del paisaje cultivada por el artista desde los años finales del siglo XIX corresponden  sus pinturas realizadas en Sanlúcar de Barrameda donde García y Rodríguez encontró su lugar para el descanso veraniego y donde poseía una villa de recreo, de nombre La Marquesita.  En La Jara, su lugar predilecto en Sanlúcar, ejecutaría el pintor sevillano numerosas panorámicas de la desembocadura del Guadalquivir, de sus playas y  de su entorno agrícola  y residencial.




      Playa de Sanlúcar


                De carácter retraído y callado, Manuel García Rodríguez apenas si llegaría a abandonar su Sevilla natal a lo largo de su vida. Sus esporádicas salidas a ciudades como Antequera y Ronda, o sus desplazamientos veraniegos a Sanlúcar, se debían fundamentalmente a una búsqueda de bellos rincones cargados de luminosidad y de sabor provinciano, o de paisajes sobre los que poder trabajar, incansable, casi de sol a sol, desde una escondida senda a la que era muy aficionado y en cuya búsqueda ponía tantísimo empeño. Contaba uno de sus hijos, Manuel García Herrera, que incluso en el último año de su vida cargaba con sus avíos de pintar y emprendía caminatas más propias de un muchacho que de un hombre de sesenta y dos años con las piernas resentidas por el reúma. Y cuando le preguntaban que por qué andaba tanto, García y Rodríguez contestaba que no tenía la culpa de que "lo bonito estuviese un poco lejos". 

      Paisaje de La Jara


      Playa de Sanlúcar

                En su pintura, García y Rodríguez nos ofrece unos paisajes de La Jara exuberantes de color, de personalísima vegetación tan sanluqueña -pinos, vides, palmeras, adelfas, araucarias,...- y plenos de paz; desgraciadamente unos  parajes desaparecidos en su mayor parte. 


      Una vista general de La Jara

                Como complementos paisajísticos aparecen muy a menudo unos personajes -apenas sutiles presencias humanas-, que confieren a las obras de García y Rodríguez un carácter de perfecta normalidad cotidiana, a veces algo cercano a la pintura costumbrista tan fecunda en España durante el último tercio del siglo XIX, y que hacen del artista sevillano un consumado maestro en la integración del hombre en la naturaleza. En su pintura sanluqueña son ejemplares la presencia de arrieros y del mocerío para acentuar una naturalidad y una viveza que son características de muchos de sus espléndidos paisajes veraniegos captados por el pintor entre mariposas y abejorros, desde el rincón hallado por fin  tras caminar y caminar con los bártulos a cuestas pero con el convencimiento de poder encontrar la belleza que habría de plasmar en sus cuadros.


      Caserío de La Jara


      Pozo en La Jara

      Otra pintura del pozo de La Jara










                Colaborador gráfico de la revista Blanco y Negro durante muchos años, García y Rodríguez repetiría con asiduidad los temas sanluqueños en aquella publicación de la familia Luca de Tena. De esta forma el pintor contribuyó a popularizar la imagen veraniega de una ciudad que por entonces era un centro de vacaciones de trascendencia nacional. El Ayuntamiento sanluqueño reconocería la altura artística y la afinidad de Manuel García y Rodríguez con Sanlúcar, otorgándole el nombramiento de hijo adoptivo en 1922, el mismo año en que también el compositor Joaquín Turina recibe idéntica distinción.   


      La Jara




      Un camino entre los recreos de
      La Jara
                Sin duda, la extraña figura de Manuel García y Rodríguez, solitaria y un poco misántropa, con bigotes de "capitán de carabineros" y que, incansable, recorría el campo de La Jara a la busca del adecuado rincón luminoso, debió ser muy familiar para sanluqueños y veraneantes durante las primeras décadas del pasado siglo.


      Casa de La Jara